La División de Estudios de la Percepción de la Universidad de Virginia fue fundada en 1967 por el reconocido Dr. Ian Stevenson (1918 – 2007) como un espacio que permitiese realizar investigaciones con rigor científico sobre temas de corte paranormal, específicamente sobre personas que recordaban supuestas vidas pasadas.
Ian Stevenson había consagrado cuarenta años de su vida al estudio de personas que presentaban recuerdos de lo que parecía ser una vida anterior. Durante este tiempo, acumuló 3.000 casos de niños de diferentes lugares del mundo y publicó 300 artículos y 14 libros sobre el tema.
Sus investigaciones, archivadas en la División de Estudios de la Percepción de la Universidad de Virginia, avanzan la idea de que las emociones, los recuerdos e incluso las heridas en la forma de marcas de nacimiento, pueden ser transferidas de una vida a la siguiente.
En los años ochenta, Stevenson era visto como el principal defensor de la reencarnación y aunque algunos de sus colegas respetaban sus investigaciones, la comunidad científica no lo tomaba en serio.
Sus principales críticos, liderados por el filosofo Paul Edwards, sostenían que Stevenson era un científico honesto pero inocente o crédulo. Los detractores señalaban una serie de errores que le restaban valor a sus investigaciones: Stevenson manipulaba las preguntas a sus entrevistados para obtener las respuestas que buscaba, las entrevistas sucedían muchos años después del primer recuerdo de la vida anterior, muchos de sus casos ocurrían en países como la India en los que existe una fuerte creencia en la reencarnación, las familias de los niños habían entrado contacto con las familias de los fallecidos sin la supervision de Stevenson y los traductores que Stevenson utilizaba creían en la reencarnación y agregaban detalles inexistentes a lo que relataban los entrevistados en su lengua nativa.
En el 2002, Jim Tucker asumió la dirección de la División de Estudios de la Percepción y decidió seguir con el trabajo de su mentor Ian Stevenson, quién falleció en el 2007.
Tucker se dio cuenta que Stevenson había sido demasiado inocente al no llevar a cabo sus investigaciones con el rigor científico necesario. Probablemente, muchos de los casos acumulados por Stevenson eran producto de tradiciones culturales o simples confabulaciones pero Tucker se resistía a creer que todos los casos fuesen falsos.
Jim Tucker decidió revisitar el trabajo de su mentor, esta vez con una rigurosa metodología científica que le devolviera la credibilidad al tema.
Desde entonces,Tucker ha publicado dos libros, “Life before Life: Vida después de la vida: Una investigación científica sobre los recuerdos de niños sobre vidas pasadas" y “Return to Life: Regreso a la vida: Casos extraordinarios de niños que recuerdan vidas pasadas", en los que presenta casos originalmente investigados por Stevenson y casos nuevos descubiertos por su equipo.
Hay que ser valientes y reconocer la complejidad de un Universo que aún no comprendemos en su real dimensión.
A pesar de las versiones creadas por la ciencia y la religión, no lo dude, permítase sonreír, saltar o bailar porque hoy velamos a la idea de 'muerte como el final definitivo'.
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